sábado, 1 de julio de 2017

Por ti.


Hace no mucho, un huracán arrasó mi vida dejándolo todo reducido a cenizas.
Y yo, que siempre he sido de las que escribía, dejé de escribir.
Que curiosa es la vida que cuanto más destrozado tienes el corazón, menos palabras salen, menos tienes que contar.
No sé si es que no podía, no quería, o la vida se había convertido en algo tan indiferente que sentía que contarlo no era suficiente. 
Eso es. 
Después de la tormenta,  he aprendido que nunca podré expresar con palabras todo lo que han expresado mis latidos -ya no me siento el corazón-.
De pronto entendí, que todo lo que había escrito, era una exageración de lo que ni siquiera había vivido. Que mi pecho jamás había conocido el dolor, hasta ahora.
De pronto, eso que llaman vida, se tornó a eternidad, y comencé a vivir a cámara lenta y en tercera persona.
Me he despedido de vosotros/as muchas veces, pero esta vez, ni siquiera lo hice. Mi fui, como se van las palabras.
Pero hoy, he vuelto.
He vuelto porque he entendido que sentarme a esperar no hará que vuelva la felicidad de un pasado. 
He vuelto porque he entendido que tengo que seguir con mis sueños, mis metas y mis objetivos.
He vuelto porque he entendido que dejar pasar la vida es algo demasiado parecido a la muerte. 
Y no quiero morir. 
Voy a seguir,
por ti. 


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