Me he ido y he vuelto tantas veces
que, a veces, creo que
no he venido ni me he ido,
nunca.
Me siento un ave de paso
pero el pecho me pide a gritos
que busque un nido.
Y he entendido
que tengo que convertir
este dolor superlativo
en la fuerza necesaria
para construir
ese sitio al que volver.
Que esta vez
hay que sacar las ganas
hasta de debajo de las piedras,
aunque me haya tropezado
miles de veces
con ellas.
Si algo he aprendido es que
del suelo no se pasa,
mientras estamos vivos.
Y lo único que podemos perder
es el intento
pero, así, no ganamos nada.
Hoy he vuelto,
y la energía que impulsa
toda mi maquinaria
es el dolor
y la rabia.
Hoy he vuelto,
porque tengo sueños, metas
y cientos de puñados de letras,
corriéndome por las venas.
Os pido perdón por toda la ausencia,
pero nunca antes el dolor llamó tan fuerte a mi puerta.
Hoy he vuelto,
porque quiero vivir
y no dejar ninguna promesa en el tintero.
He vuelto.
He vuelto.
He vuelto, como siempre, gracias a ti.
Mi salvavidas en el mar de dudas siempre fue un barco de papel y una pluma.
jueves, 13 de julio de 2017
sábado, 1 de julio de 2017
Por ti.
Hace no mucho, un huracán arrasó mi vida dejándolo todo reducido a cenizas.
Y yo, que siempre he sido de las que escribía, dejé de escribir.
Que curiosa es la vida que cuanto más destrozado tienes el corazón, menos palabras salen, menos tienes que contar.
No sé si es que no podía, no quería, o la vida se había convertido en algo tan indiferente que sentía que contarlo no era suficiente.
Eso es.
Después de la tormenta, he aprendido que nunca podré expresar con palabras todo lo que han expresado mis latidos -ya no me siento el corazón-.
De pronto entendí, que todo lo que había escrito, era una exageración de lo que ni siquiera había vivido. Que mi pecho jamás había conocido el dolor, hasta ahora.
De pronto, eso que llaman vida, se tornó a eternidad, y comencé a vivir a cámara lenta y en tercera persona.
Me he despedido de vosotros/as muchas veces, pero esta vez, ni siquiera lo hice. Mi fui, como se van las palabras.
Pero hoy, he vuelto.
He vuelto porque he entendido que sentarme a esperar no hará que vuelva la felicidad de un pasado.
He vuelto porque he entendido que tengo que seguir con mis sueños, mis metas y mis objetivos.
He vuelto porque he entendido que dejar pasar la vida es algo demasiado parecido a la muerte.
Y no quiero morir.
Voy a seguir,
por ti.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)